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    Mares y océanos

    Juste Belmont
    Juste Belmont
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    Mensajes : 18
    Fecha de inscripción : 10/09/2011

    Mares y océanos Empty Mares y océanos

    Mensaje  Juste Belmont Miér Oct 19, 2011 6:32 pm

    Desde 35.000 km de distancia y tal y como lo observan los astronautas, nuestro planeta parece ciertamente el planeta del agua puesto que, del total de la superficie terrestre los océanos recubren el 70,8%, ocupando un volumen de 1380 km3 distribuidos en tres grandes cuencas oceánicas, que tienen una media de profundidad de 3,8 km. Aunque se puede considerar que existe un solo océano mundial intercomunicante, por comodidad se suele dividir la hidrosfera marina en tres grandes océanos: el Pacífico, el Atlántico y el Índico, y una serie de mares adyacentes. Una tendencia reciente asigna asimismo a las aguas antárticas la categoría de océano.
    El término de “mar” se ha aplicado a partes del océano más o menos delimitadas de manera bastante arbitraria y en relación a diferentes situaciones. Por ejemplo, el mar Caspio es en realidad un lago salado, el mar Mediterráneo está cerrado por límites bien definidos, el mar Báltico también está bien delimitado pero en las zonas más internas es típicamente salobre, el mar Caribe tiene unos límites menos definidos y el mar de los Sargazos carece totalmente de fronteras geográficas.

    Mares adyacentes: mar Ártico, mar Caribe y golfo de México, mar Mediterráneo y mar Negro, mares del archipiélago de las Indias Orientales, mar Báltico, Bahía de Hudson, mar Rojo, Golfo Pérsico, mar del Norte, Manga, mares de Irlanda, Golfo de San Lorenzo, mar de Andamán, mar de Bering, mar de Ojotsk, mar del Japón, mar Amarillo y mar Oriental de la China, Golfo de California y el Estrecho de Bass.

    Los océanos son el sustento para la vida, y esto se refleja en la enorme variedad de organismos que viven en ellos, más de 200.000 especies de protistas, plantas y animales. La inmensa mayoría de estas formas, aproximadamente el 98%, viven sobre el fondo marino (bentónicas), y sólo un 2% nadan libremente en el océano abierto (pelágicas). De las formas bentónicas la mayoría viven en la franja intermareal, o en zonas poco profundas del océano y menos de un 1% de ellas viven en el fondo del océano por debajo de los 2000 metros de profundidad.
    Las zonas más productivas se concentran a lo largo de los bordes continentales y en unas pocas áreas en las que las aguas están enriquecidas por nutrientes y residuos orgánicos, que son elevados por corrientes ascendentes (afloramientos) hasta zonas iluminadas por el sol, o zonas fóticas, donde se puede producir la fotosíntesis.
    La vida en el océano se divide en regiones, o provincias, cada una de las cuales tiene sus propias formas vivas. La zona litoral o intermareal, donde el mar y la tierra se encuentran es biológicamente una de las más ricas, aunque paradójicamente presenta las condiciones físicas más adversas de todos los ambientes marinos. Esta zona, y los animales que viven en ella, están sometidos a los embates del oleaje, al sol, el viento, la lluvia, grandes fluctuaciones de temperatura, la erosión y la sedimentación. Debido a la diversidad de hábitat disponibles y al abundante aporte de nutrientes, en esta zona abundan los animales como los percebes y balanos, caracoles, quitones, lapas, mejillones y otros bivalvos, erizos de mar, etc. Bajo la zona litoral se encuentra la zona sublitoral o submareal, que siempre queda sumergida. También alberga una rica variedad de animales, así como bosques de algas pardas.
    La zona nerítica o de aguas poco profundas, rodea a los continentes y se extiende hasta los límites de la plataforma continental, hasta alcanzar aproximadamente los 200m de profundidad. Esta zona es más productiva que el mar abierto, ya que se beneficia de los nutrientes que le llegan desde los ríos y desde las zonas de afloramiento en el borde de la plataforma continental. Las algas crecen abundantemente en esta zona, lo que permite que se mantenga una variada fauna, incluidas las principales pesquerías del mundo.
    Las áreas de afloramiento, aunque pequeñas y restringidas a unas pocas regiones, son unas importantes fuentes de renovación de nutrientes para la zona fótica superficial. Algunas de las pesquerías más productivas del mundo se encuentran (o se encontraban) en zonas de afloramiento. Antes de su agotamiento en 1972, el banco peruano de anchoa, que dependía de la Corriente del Perú, proporcionaba el 22% de todo el pescado del mundo. Anteriormente el banco de sardinas de California y el de arenques de Japón, ambos en regiones de afloramiento, fueron explotados intensamente hasta llegar a un nivel de agotamiento sin posibilidad de recuperación.
    El océano abierto se conoce como zona pelágica. A pesar de su inmensidad, la zona pelágica es relativa y biológicamente pobre, ya que los organismos que van muriendo se hunden desde la zona fótica hacia la batipelágica, en la que los nutrientes quedan inmovilizados. No obstante, en zonas de afloramiento donde convergen las corrientes oceánicas, los nutrientes son reutilizados y la productividad puede ser elevada. Las regiones polares, que son sumamente productivas, son un buen ejemplo.

    Antes de la explotación abusiva por el hombre, se estima que las ballenas consumían al año unos 77 millones de krill antártico, mucho más que la totalidad de las capturas de peces, crustáceos y moluscos realizadas por el conjunto de toda la flota pesquera mundial en un año. La enorme población de krill estaba mantenida por el fitoplancton, la base de la cadena alimentaria, que a su vez era abundante por la riqueza en nutrientes del océano antártico.
    Bajo la superficie o zona epipelágica, se encuentran las grandes profundidades oceánicas, caracterizadas por una enorme presión, una oscuridad perpetua y una temperatura constante y próxima a 0°C. La zona mesopelágica es la “zona crepuscular”, que recibe una luz muy débil y alberga una variada comunidad de animales. Por debajo de la zona mesopelágica hay un mundo en perpetua oscuridad, dividido en tres zonas conocidas como batipelágica, abisopelágica y hadopelágica. Las formas que viven a grandes profundidades dependen de la escasa “lluvia” de partículas orgánicas que, por encima, escapa a ser consumida por los organismos que hay en esa columna de agua. Sobre el fondo marino viven los organismos bentónicos como anémonas, erizos de mar, crustáceos, poliquetos e incluso peces (la mayor parte de los principales grupos de metazoos están representados aquí). La mayoría son organismos suspensívoros y se caracterizan por un crecimiento sumamente lento (debido a la escasez del alimento), y por vivir durante bastante tiempo.
    Uno de los motivos principales por los que se estudian los océanos es la identificación y la utilización de sus recursos que, aunque no son inagotables (como se creía hace algunas décadas), están aún infrautilizados. Sólo contribuyen en la actualidad en una proporción inferior al 5% al presupuesto alimentario del hombre. Sólo unos pocos países se pueden permitir inversiones a largo plazo en el campo de la oceanología puesto que se trata de un campo de investigación caro, cuyos beneficios son siempre a largo plazo. Sin embargo el incremento de la población mundial y la demanda de nuevas fuentes de alimentos y materias primas, muchas de las cuales se están agotando en la tierra emergida, subrayan la urgencia de dedicar asimismo un mayor esfuerzo de investigación en este campo.

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